viernes, 5 de octubre de 2012

Adentro de una burbuja *

CJS (ex Callejeros) se presentó en Córdoba ante un público fiel. 23.09.2012 |
Por Lucas Cruzado



¿Qué pasará por la cabeza de Patricio Rogelio Santos Fontanet durante esa caminata que se vuelve eterna mientras suenan los acordes de Sonando , su primera canción en Córdoba? El ex cantante de Callejeros parece estar más allá de todo, sumergido en una infinita burbuja musical a la que sólo él y sus fanáticos -rocanroles mediante- pueden acceder. Entones la gente lo abraza una y otra vez y no hay situación judicial que se interponga. El viernes, Casi Justicia Social (CJS) brindó el primero de sus tres shows en Córdoba y dejó una sola certeza sobre el escenario: la de hablar a través de la música. Quizás por esto Fontanet haga de cada canción un desahogo público y busque en ese coro multitudinario la fuerza necesaria para desnudar un grito reprimido: “¡ Inocentes!”, le repiten una y otra vez los seguidores pero el futuro papá de Homero ni se inmuta. Cromañón lo persigue a todos lados, pero nada parece detener su caminata lenta. El de Casi Justicia Social fue un show de más de dos horas en el remozado escenario Plaza de la Música al que, además de la multitud, asistieron 104 guardias de seguridad; personal de la Cruz Roja, dos ambulancias y hasta un detector de metales. Es que la lupa vive encima de ellos y cada recital se vuelve un reality. Con canciones como Creo , La llave e Ilusión , Fontanet aflojó las piernas y arrimó las primeras miradas de la noche. El sonido le aportó más a los instrumentos que a su voz. Con muy poco diálogo extra musical y mucho saxo, CJS se las ingenió para desparramar un hit callejero detrás de otro y hacer delirar a la gente: Puede , Morir , Imposible yCristal fueron algunos de los momentos más altos que tuvo un repertorio con más de 24 canciones y que finalizó con el clásico Suerte . Seis años después, Fontanet volvió a festejar la primavera en Córdoba. Se lo vio distendido y relajado porque, según cuentan desde su entorno, “cantar le devuelve la felicidad al cuerpo. Lo transforma…”. Tal vez, -con cada canción-, Fontanet logra que en su alma deje de llover. Al menos por un rato.

* Disponible en: Clarín espectáculos

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